Des-sangrar

Llevaba un tiempo con una mujer, y esta me había abandonado. Mi vida la volqué al alcohol, cantinas y mujeres fáciles. Por fuera se me veía un tipo feliz, pero la verdad me estaba pudriendo por dentro. La gente no se imaginaba lo que realmente me estaba pasando, lo que era lidiar con toda esta sensación de estar presenciando mi propia muerte y verme solo agonizando día a día.

Con Raquel llevábamos una relación feliz, no éramos la pareja perfecta pero se notaba que nos queríamos. Salíamos a bailar, a cenar, nos juntábamos con nuestros amigos, etc. Teníamos vida de pareja casi todos los días del año. Incluso pensamos en casarnos. De un día a otro Raquel termino la relación sin darme una razón o motivo. Siempre pensé que la relación terminaría por alguna infidelidad o simplemente en mutuo acuerdo, pero ahora no hubo nada de eso, ella simplemente me dijo que esto se acababa y se acabo. Raquel era el motivo por el que me levantaba en la mañana y me rasuraba en la ducha, después de que ella me dejo, la cara se me lleno de una frondosa barba. Todos los días al salir del tedio diario de la oficina, paraba en el mismo bar y me bebía solo 2 litros de cerveza, después tomaba el microbús, me apeaba cerca del parque Bustamante y caminaba hacia la botillería donde me compraba un litro de vodka el cual me lo bebía solo, no tenia ganas de nada, ni siquiera tenia ganas de un mísero cubo de hielo. Las noches se me trascurrían bebiendo y llamando a mujeres que por poco dinero lograban que olvidara un poco esa pena que por dentro me estaba matando. Todas la mañana llegaba tarde a la oficina inventando diversos cuentos para así mantener el puesto de júnior, que por miserable que suene me servia para pagar mi pequeño apartamento y lo anteriormente nombrado.
Pero la mañana del 3 de marzo fue distinta, cuando llegue al retrete y me senté para excretar me di cuenta que lo único que bote fue sangre. De ahí en más todo se torno color rojo en mi vida. Creí que tenia algo roto adentro de mi así que acudí al hospital y le pregunte a un medico que es lo que me pasaba. Transcribo a continuación el dialogo con el medico:

-Doctor últimamente sangro- evitare poner tonos de voz, siendo siempre el mió desesperado y el del medico un tono casi apático que casi me lleva a golpearlo
-por donde sangra?, cuénteme
-Partió siendo por el culo, luego al orinar, y últimamente empecé a vomitar sangre!!!!
-Como cuantos litros de sangre cree que ha botado en las ultimas 24 horas?
-nunca fui bueno para los cálculos doctor, pero debe ser mucha.
-eso esta mal, las matemáticas nos sirven día a día.
-No vine acá por un profesor de matemáticas, vine por un doctor!!!
-Pues acá lo tiene hombre, Necesito que me diga con exactitud que cantidad de sangre esta botando… Por otra parte usted ha estado deprimido últimamente?
-más o menos, hace un tiempo me dejo mi novia.
-esto es un asunto psicosomático, lleve una dieta rica en verduras, beba suficiente liquido diario y le entregare una receta para un antidepresivo, de aquí a dos semanas no sangrara más.

Junto con la receta me dio una licencia para faltar al trabajo por dos semanas y así seguir mi recuperación en casa. Llegue a casa y comencé a tomarme el antidepresivo y seguir al pie de la letra las recomendaciones del doctor. Bebía 3 litros de cerveza diarios y dos vasos de vodka, eso sumado a los antidepresivos y las frutas y verduras que consumía a diario hacían que durmiera 18 horas diarias. A la semana siguiente no solo la sangre me salía en la orina, al excretar y al vomitar, sino que mi saliva y mis lagrimas se habían convertido en sangre. Tres días después comencé a sudar sangre tiñendo todas las sabanas y el colchón de rojo intenso. Dormía 20 horas diarias, todas estas sudando sangre, me despertaba sin ánimo, solo lloraba sangre y sollozaba. Estaba en los huesos, no sabia que hacer con semejante pena. Cada vez que lograba pensar, pensaba en Raquel aquel amor tortuoso, intenso y bello que me había echo desangrar, desangrar de amor.