domingo, enero 07, 2007

Las Moscas

Hace un tiempo atrás conocí unas moscas, sin duda eran unas moscas especiales, eran moscas que anhelaron llegar hasta acá, hasta el campo, y montarse en los cachos del buey mientras este araba. Eran moscas de ciudad, de esas que no se ven por acá, moscas que ya lo saben todo y están contaminadas con la velocidad citadina.

"Las moscas de ciudad se acostumbran a ser perseguidas por los humanos, comen mierda de perros mal alimentado y la sangre descolorida de estos mismos al ser atropellados. En las grandes urbes ya no se vive tranquilo, como alguna vez viví yo en la tranquilidad del campo, cuando las moscas compartíamos con nuestros amigos mosquitos y convivíamos con los zancudos. Nuestros enemigos eran la colas de las vacas, la lana de las ovejas y las epidemias que de vez en cuando nos atacaban.....

Con historias así crecimos casi todas las moscas de ciudad, íbamos a la escuela y entre los compañeros de colegio siempre anhelamos irnos a vivir al campo, vivir tranquilos y lejos de esta vida rápida que tenemos en santiago. De los amigos de infancia a los primeros los mataron la clásica paletita mata moscas, luego las casas se llenaron de bolsas llenas de agua en que simplemente nos enloquecíamos, pasaron los días y muchos de mis amigos vivieron sus últimos días en un centro de experimentación, y ahora con la modernidad los aerosoles son prácticamente infalibles.
En la ciudad las cosas comenzaron a ser cada vez más difíciles, los atropellos de perros se hicieron cada vez más esporádicos, por leyes de la municipalidad la gente debía limpiar la mierda de los perros, y la baja de precios de los aerosoles hizo que prácticamente en todas las casas uno se sintiera inseguro. En lo personal mi mujer había muerto hace un tiempo cuando cuidaba a mis mil futuros hijos, y llego ese hijo de puta con su aerosol en mano y los roció a todos con ese liquido infernal para luego reír y prenderle fuego a todos los míos. Me sentí impotente frente a este ser tan poderoso y cada vez más agresivo, a la vez recordé que mi mujer siempre quiso dejar la ciudad para radicarnos en el campo. Hable con unos amigos más jóvenes que vivian conmigo y decidimos emprender viaje, este viaje al sur, a lo que desconocíamos y anhelamos desde niños.

Decidimos irnos en el auto del dueño de casa, debíamos irnos bien escondidos, cada uno en una esquina del auto, como eramos cuatro fue esa la decisión estratégica. Todo comenzó mal para mi ya que el hijo de este monstruo me descubrió y una parada me arranque por la ventana y me fui colgado de la antena del auto con el viento jugando a la contra. Nos bajamos en plaza italia para luego irnos en micro hasta estación central, de ahí en mas todo fue mas fácil. Almorzamos los restos de unos sanguches de potito y luego tomamos el bus hasta san fernando, allá dormimos en casa de unos familiares de chemo uno de mis compañeros de viaje. A la mañana siguiente viajamos en una camioneta llena de chanchos hasta Temuco, fue una de las mejores comidas que he probado, ya me sentía mucho mejor, este viaje sabia que me iba a cambiar la vida. De Temuco viajamos a caballo hacia el interior y nos radicamos en pleno campo de la novena región, en nueva imperial. Vivíamos en la casa de unos tipos que tenían cerca de 100 vacas y nunca le importaron las moscas la comida era sana y rica, creí que esto iba a ser así para siempre.

Pero como todas las moscas sabemos nada es para siempre, me enamore de una mosca de campo, ella era la hija del dueño de casi todos los mierdales de la zona y por años vivió las mismas historias que yo pero al revés, su sueño era conocer a
la ciudad y en ella vivir y para ser sincero yo ya hecho de menos la adrenalina de arrancar de los hombres y ese olor tan particular que tiene mi santiago. Y así están las cosas mañana me embarco hacia la ciudad."

Con este relato vemos que tal como las moscas somos los humanos, nunca vamos a conformarnos con lo que tenemos, desde que aquella mosca me conto su intención de volver a santiago siento a las moscas como mis amigas y ya logro distinguir cual es de ciudad y cual es de campo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me reí bastante con tu historia, el sentimentalismo final fue delicioso.