martes, septiembre 27, 2011

Con el alma acalambrada

Sigo sin entender el actuar de esa señora,

La muerte te ataco de la forma más cobarde,

Cuando reías y compartías con tus amigos,

Te ataco por la espalda y en silencio,

De otra forma nunca te hubiera atrapado,

Y en silencio se quedo todo a tu partida,

Solo un grito al unisonó interrumpió el silencio,

Tu nombre lo gritamos más fuerte que nunca,

Murieeeeeeeel!!!!

Pero la muerte se llevo consigo la respuesta,

Esa respuesta sonriente y combativa, Arrebatada y entrometida.

Entre risas y llantos te seguimos buscando,

Logrando encontrarte en cada suspiro,

Pero esa noche la muerte fue cobarde y atolondrada.

Se llevo con ella nuestra gran hermana, amiga e hija.

El frio congelo nuestros ardientes cuerpos,

Dejando mi alma aún acalambrada.

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