martes, febrero 12, 2008

Morir por amor

"si el paraíso fuera tan maravilloso como tus besos,

moriría las veces que fuesen necesarias para olvidarte"


Siempre fui una persona feliz, viví la vida disfrutando cada día como si fuese el ultimo, siempre tuve muchos amigos, mi familia siempre me quiso y ame cuando debía amar. Pero el caos en mi vida comenzó cuando conocí a una hermosa mujer, decidí hacer lo que fuera para enamorarla, cambie mi aspecto corporal, fui un tipo rudo, después tierno, depresivo y vividor al final. Pero nada me daba resultado, me desvivía por ella, por besar sus labios y por ver sus ojos. Termino siendo mi amiga, yo en un principio pensé que era buen paso, ya que prefería tenerla cerca antes que lejos, pero no a ella la quería como mujer, amiga y madre de mis futuros hijos. Mi desesperación aumentaba y no pasaba nada con esta hermosa doncella, para olvidar mis penas bebía todos los días, pero no lograba olvidarla, así pasaron los años y así fui envejeciendo, la pena creció hasta que cierto día cruce el umbral de la puerta de la iglesia y me arrodille pidiéndole a dios que me iluminara, entre mi llanto me hablo el párroco de la iglesia y le conté mi problema.

-Padre hace más de diez año que estoy enamorado de una mujer y este amor no me es correspondido.

-Dios te iluminara hijo, perdonara tus pecados y te mostrara el camino…-me dijo con voz pausada el cura- solo debes rezarle y serle fiel.

- Pero padre quiero vivir lleno de dicha y no puedo, mis noches son pesadillas y mis días amargos como la hiel. Necesito conocer el paraíso.

-El paraíso es bellos como los ojos de tu enamorada, la vida en el es más grato que besar los labios de tu amada hijo mió, pero solo rezándole y esperando tu muerte natural llegaras al paraíso.

Sin pensarlo dos veces decidí que la salida era la muerte, comencé a rezarle a diario a dios para pedirle que me lleve al paraíso. Me despedía a diario de mis amigos, de mi familia y escribí esta carta para el día de mi muerte:

Queridos amigos y familia:

Mis últimos años no han sido lo mejor ni lo que esperaba, pero se que ustedes han tratado de que yo sea feliz y yo les deseo lo mismo. Quiero darles las gracias por haberlos conocido y hacer gran parte de mi vida una sonrisa eterna. No me gustaría dar este paso sin ustedes, pero es la forma de olvidar a aquella fémina que me hace perder el sueño y conocer por fin el tal esperado paraíso. Ojala ustedes lleguen pronto y terminen sus días lo más felices posibles. Y por favor el día de mi funeral no me lloren, el mundo seguirá girando y el sol seguirá alumbrando.

Besos

Esteban.

Así idea un plan para morir de manera casual y así llegar al paraíso, pero mis planes fallaron y llegue a los confines de Belcebú, llevo una vida lisonjera, al calor de la lava y entre pura malas personas.

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