Sigo sin entender el actuar de esa señora,
La muerte te ataco de la forma más cobarde,
Cuando reías y compartías con tus amigos,
Te ataco por la espalda y en silencio,
De otra forma nunca te hubiera atrapado,
Y en silencio se quedo todo a tu partida,
Solo un grito al unisonó interrumpió el silencio,
Tu nombre lo gritamos más fuerte que nunca,
Murieeeeeeeel!!!!
Pero la muerte se llevo consigo la respuesta,
Esa respuesta sonriente y combativa, Arrebatada y entrometida.
Entre risas y llantos te seguimos buscando,
Logrando encontrarte en cada suspiro,
Pero esa noche la muerte fue cobarde y atolondrada.
Se llevo con ella nuestra gran hermana, amiga e hija.
El frio congelo nuestros ardientes cuerpos,
Dejando mi alma aún acalambrada.
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