Agarro una toalla y seco mi transpiración, la toalla no da abasto y esta empapada. Más de 40 grados de fiebre y la cabeza pensando en cualquier cosa, de pronto unos ojos se aparecen en la habitación:
- hola ojos bellos-le digo.
no hay respuesta más allá que un guiño de uno de esos ojos.
-tu sabes que te amaba más que a nada en este mundo?- interrogo con las narices sangrando.
ambos ojos me pestañean como asintiendo. prendo la luz y no había nada en la pieza, pongo musica y de pronto veo su silueta bailando.
-ese cuerpo siempre me volvió loco- dije susurrando, mientras se desprendía del vestido.
apreté el interruptor de la luz y todo se disolvió entre gotas de transpiración. Camine al baño y me duche con agua fría para olvidar lo sucedido anteriormente.
Una vez en mi cama a oscuras escuche su voz que me dijo "samyro acercate", esta vez me acerque hacia ella.... nunca más pude prender la luz, ahora vivo en el paraíso.
4 comentarios:
Qué rico.
notable,un vez mas me logras emocionar con tus escritos.sigue adelante
Que bonito Camilo!!!!, maravilloso estar enfermo así...
Que lindo! me encantó, muy bueno
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